Se sienten en cada célula aunque en principio no entendamos qué pasa. Se percibe desorden, permuta la velocidad... se miran otros colores. Se danza con otros ritmos. Se apoderan de nosotros lenta y engañosamente a su entrada, y luego avanzan fuerte y decididamente sumergiendo nuestras almas en el caos. Nos revuelcan. Por ratos nos atormentan y por otros instantes asustan aunque exhibamos la mejor fachada de toda nuestra vida.
Sin embargo, el delicioso y embriagante sabor a riesgo es el clímax de una mutación. Se siente estar vivo al transitar por ella cuando se es consciente de la propia existencia. Cuando no, el miedo anula toda posibilidad. Una mutación es darnos cuenta de que ya resultamos desconocidos ante nosotros mismos. Algunos ven el cambio de la circunstancia; yo percibo hasta el cambio en la forma de respirar de la gente.
Cuando una mutación de vida está cerca, todas las almas se desnudan y afloran las inconscientes emociones de los implicados. ¿Pasa lo impredecible? ¡No! Pasa exactamente lo predecible si ya hubiésemos entendido que la vida de cada ser no es una sorpresa sino un resultado. Resultado que solo gesta cada uno hasta con la sola emisión de la palabra. Las mutaciones no deberían sorprender... cada quien debe esperar la suya de acuerdo a la forma cómo ha recorrido su propia existencia.
Las mutaciones son giros precisos y exactos de la vida para enseñarte cuan feliz te falta por ser. Si te resistes a un cambio de tu propia vida, te niegas la existencia. ¡Cuánta pérdida! Si por el contrario mutas con la vida, recorrerás sensaciones de placer cada día. El orden predecible que todos persiguen no da felicidad. Felicidad es mutar con la confianza de que el siguiente espacio de vida es el perfecto para nosotros.
Besos Brujos.
Imagen: Arcano XIII: La Muerte. Tarot de las Hadas de Linda Ravenscrosft #AnalogíasVidayTarot
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