Mis capacidades son infinitas si parto del principio de que cambio cada día. Hoy no soy igual que ayer y entonces mis posibilidades de hacer eficazmente, se crecen. Mis miedos limitan, mi susto ante lo nuevo, por ratos, frena. Luego retomo, me veo sola y vuelvo a empoderarme.
Ese es el ciclo. Avanzan más los que desconfían menos. Viven más los que sienten desde lo invisible y luego crean en lo tangible. Se trata de ser, y acto seguido, de materializar. No me quedo en la contemplación sino que actúo con riesgo... a veces con grandes y peligrosísimos riesgos, que dan como resultado el regocijo de que lo intenté todo, de que no dejé ninguna de mis opciones sin probar.
Creer es el ingrediente para salir ileso de las propias fluctuaciones de vida. Creer en mí, en mi valor, en mi capacidad intelectual y emocional. Medir lo que valgo me da todas las soluciones. Recordar mi aprecio por mí y por el camino andado refleja que soy único, que mi velocidad de recorrido por la vida es particular y que lo que para algunos es muy tarde, para mi es el tiempo justo.
La responsabilidad personal consiste en creer para crear; y lo que creamos es solo y exactamente lo que creemos merecer. Darnos nuestro merecido valor crea un ser bello, sensual y fascinante por dentro y por fuera. Esa es la luz que otros ven que irradiamos cuando nuestra valoración por nosotros mismos es la justa y la real. Sin adornos ni arabescos. Entonces me convierto en soberana de mi propio imperio.
Besos Brujos.
Imagen: Arcano III: La Emperatriz. Tarot Illuminati de Erik Dunne.
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